En la actualidad hemos trascurrido por
una serie de situaciones que han convergido a una crisis totalmente declarada,
cuyo origen se dio en el sector inmobiliario y ha replicado en todos los
sectores. Ahora bien, desmenuzando los posible detonantes que repercutieron en
está ruina, se puede concluir una inexistente ética, liderazgo, control,
dirección, etc., que en resumen una pésima gestión. Desde luego, nuestra nación
no es ajena a esta pandemia, la cual tanto en el sector público como privado se
han visto afectadas; obligando a los tomadores de decisiones a repensar sus
quehaceres en el servicio.
Ahora bien, está decadencia y
estancamiento en muchas instituciones del Estado, han neutralizado el efecto desarrollador
del Gobierno Central, repercutiendo en una crisis a la gobernanza, obligando al
gobierno reconocer que actores económicos y sociales son competentes en la
solución de varios problemas, razón por la cual ha comenzado a desarrollar
políticas públicas y prestar sus servicios, sumando las capacidades y recursos
de las empresas privadas lucrativas y de las organizaciones no lucrativas
mediante diversas asociaciones y contratación.
En el caso de la Administración
Pública, entendía como el conjunto de áreas del Estado que, mediante el ejercicio
de la función administrativa, la prestación de servicios públicos, ejecución de
obras públicas y la realización de otras actividades socioeconómicas del
interés público, trata de lograr los fines del Estado. Donde estas tareas han
sido encomendadas y direccionadas en mayor grado al Poder Ejecutivo, sin
embargo también alcanza de menor o igual grado al Poder Legislativo y Judicial.
Se hace necesario evocar está definición, debido a la miopía de algunos
servidores del ejercicio público, de brindar un servicio de primer orden,
debido a políticas, lineamientos, directrices burocráticos que el actual
sistema se aplica amparado al marco
jurídico. Está parálisis es necesaria de
erradicar para ubicarnos en el desfile de los progresistas, reformistas y
pragmáticos como otros vecinos nuestros se están asentando.
La nueva gestión pública
La aparición de la
nueva gestión pública a lo largo de los últimos 15 años es una de las
tendencias internacionales más destacadas en la administración pública. Su
surgimiento parece estar vinculado con otras cuatro megatendencias
administrativas: intentos de frenar o revertir el crecimiento del gobierno en
términos de gasto público y contratación de personal; el viraje hacia la
privatización y la cuasi privatización y el alejamiento de las instituciones centrales
de gobierno; el desarrollo de la automatización y el desarrollo de una agenda
más internacional, cada vez más enfocada en cuestiones generales de gestión
pública, diseño de políticas, estilos de decisión y cooperación
intergubernamentales.
Este renacer posee
argumentos administrativo en sentido estricto en los valores concomitantes en
juego típicamente no forman dicotomías puras. Por lo menos tres diferentes
familias de valores suelen aparecer: sigma (relaciona con la economía y la
parsimonia); la familia theta (relaciona a la honestidad y justicia; y la
familia lambda (relaciona seguridad y la resistencia).
Esta modernización de
la Administración Pública ha surgido como respuesta a la crisis de legitimidad;
dando solución a la ineficiente administración pública anquilosada, que
desperdicia recursos y energía organizacional, de personal y técnicas
administrativas, provocado un agotamiento y decadencia administrativa.
Algunas de las
soluciones planteadas son el redimensionamiento del aparato, es decir el
achicamiento, la racionalización de los recursos humanos, materiales, técnicos
y financieros.
Está nueva gestión
obliga generar grandes cambios y/o acciones, en aras de resarcir las
deficiencias en el aparato. Algunos de estos cambios van orientados en pasar:
1. De una visión parcial jurídica o técnica a una visión integral.
2. Del Estado omnipresente al Estado modesto.
3. De la legalidad a la legitimidad como fundamento de la acción.
4. De un sistema semiabierto a un totalmente abierto.
5. De la rigidez a la flexibilidad organizacional.
6. De un plan como requisito burocrático a un plan como instrumento de
acción.
7. Del centralismo como método a la descentralización como dinámica para
la toma de decisiones.
8. Del control punitivo y parcial a la autoevaluación.
9. De un sistema administrativo a un sistema de cogestión.
10. De un contexto dinámico a uno de tipo turbulento.
11. De la estrategia para el mantenimiento a una estrategia para el
cambio.
Características diferenciales entre administración pública y la gestión pública.
Variables de diferenciación
|
Administración Pública
|
Gestión Pública
|
Prerrequisitos básicos
|
Cumplimiento
de las normas (jurídica o técnica
|
Búsqueda
de: eficiencia, eficacia y legitimidad.
|
Concepción del Estado
|
Dominante,
unilateral
|
Modesto,
participativo
|
Base de la legitimidad de la
Administración Publica
|
Jurídica -Técnica
|
Vinculación
Estado-Sociedad
|
Naturaleza y dinámica del
aparato
|
Recibe
demandas, las procesa y ofrece bienes y servicios
|
Recibe y
promueve demandas, promueve soluciones en el seno de la sociedad, ofrece
recursos y vías de solución.
|
Estructura organizacional
|
Vertical,
jerarquizada. Alta
formalización, estable. Roles
definidos.
Funcional.
|
Horizontal. Flexible. Roles cambiante. Por proyectos, equipos,
matricial.
|
Sistema de planeación
|
Rígido, de
arriba hacia abajo
|
Flexible,
abierto, correctivo.
|
Sistema de dirección
|
Centralizado,
formal, por autoridad.
|
Descentralizado,
trabajo por equipo con autonomía relativa.
|
Sistema de evaluación
|
Control
normativo
|
Evaluación
de impacto. Evaluación del desempeño.
|
Sistema de administrativo
dominante
|
Administración
clásica
|
Cogestión
|
Percepción del contexto
|
Dinámico
|
Turbulento
|
Enfoque estratégico
|
Hacia el
uso estratégico de mantenimiento de los apoyos políticos.
|
Hacia la
armonización y logro de inquietudes sociales ante un escenarios de recursos
limitados
|
Herramienta técnica
|
Pagos
colaterales en función de apoyos políticos
|
Negociación
con grupos y agentes de la sociedad.
|
Perfil del funcionario
|
Administrador
publico
|
Gerente
público
|
Este dilema de una
administración pública en la actualidad es situarse en una dinámica de cambio
en diversas dimensiones, de una forma simultánea y manteniendo una fuerza
centrípeta integradora que pese al cambio no permita la ruptura y el caos
organizacional.
Este cambio que Costa Rica va a experimentar va ha ser medio de expander, promover y fortalecer los
valores democráticos, los principios pluralismo político y social, de alcanzar
mayores niveles de bienestar, de justicia y libertad, medio para formar una unión
Estado-Sociedad, instrumento para
fortalecer la competitividad nacional.
Es necesario que está “destrucción creadora” provoque un nuevo aliciente
en el servicio público, con transformaciones
que deben experimentar la sociedad costarricense debido a los vientos de
libertad que han traído a nuestras vidas la democratización, el libre mercado y
la apertura cultural.
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